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Zambrano reveló nuevos detalles de su pelea con Benedetto: “La mayoría de mis compañeros me decían que le pegara”

Alejado del Mundo Boca desde principios de año, cuando rompió su vínculo con la institución para firmar en Alianza Lima de Perú, Carlos Zambrano brindó una entrevista en la que volvió a ser consultado por la pelea con Darío Benedetto que protagonizó en el entretiempo de un partido contra Racing en Avellaneda el año pasado. El defensor de 33 años reveló detalles inéditos que hasta ahora no había compartido cuando se refirió al caso.

“Fue un momento complicado, lo recuerdo todo. Yo, si tengo que perder, pierdo. Pero voy al frente. Él ya venía alzando las manos mucho en el campo y eso a nadie le gusta. Nos podemos putear en el camerino y no pasa nada. Cuando te criticas o puteas cara a cara, no pasa nada, somos un equipo y casi nunca nos vamos a las manos. El primer tiempo Racing nos estaba metiendo un baile y comenzó a hacer lo mismo de siempre, ademanes con las manos y que la defensa esto y lo otro. Él se equivocó y lo reconoció”, fue el preámbulo de lo que aconteció camino al vestuario.

Zambrano continuó: “Yo esperé para no hablar delante de la gente en el túnel inflable. Nos metimos y ahí empezamos a putearnos. Nos dijimos de todo. Al bajar la escalerita para ir al camerino, voltea y me da uno. Yo estaba detrás de él y me dio uno de arranque. Mi reacción fue ir para adelante, es un golpe y tú vas para adaelante directo a los puños. Estaban todos los compañeros entrando al túnel, me agarró la seguridad y… ¡ay, una rabia qué puta! Uno quiere mecharse en el momento por más que te agarren”.

“La mayoría de mis compañeros decían ‘pégale, pégale’. Tú sabes como es la gente, unos se llevan bien con unos y otros con otros. Creo que a la mayoría en su momento no le caía bien él con su forma de ser”, sentenció el Kaiser. Más tarde, aseveró: “Yo nunca tuve problemas con nadie, fue la calentura del momento y él reaccionó mal. Yo nunca me hubiera ido a las manos. La gente me agarró al toque y fue peor porque me dejó más picón”.

El ex zaguero xeneize graficó cómo siguió la historia en el vestuario: “Adentro estaban los dirigentes, el entrenador, era un camerino chiquito. Yo lo miraba todo el rato, estaba enfrente mío. Lo peor es que siendo consciente ya no podía hacer más problema ahí, estaban los dirigentes y me iban a agarrar nuevamente. Pensé que ya estaba, había perdido, pero por dentro estaba hirviendo”.

“Fui al espejo y estaba rojo (se señala el pómulo izquierdo), pensé que se me iba a hinchar, no iba a quedar así. Estaba volando, pero dije voy a esperar mi momento nomás. Fui a orinar, se me acercó casi entre lágrimas y me dijo ‘disculpame, es de hombre pedir perdón’. Las cosas como fueron”, fue otra de sus confesiones. Y remarcó: “En esos momentos se te cruzan muchas cosas, ser traicionero y meterle una igual. Pero yo no soy traicionero. Seguía caliente, pero ya está. Teníamos que salir a jugar el segundo tiempo, la concha de su madre. Me tocó salir a afrontar la prensa, las cámaras, todo. El equipo jugó mejor, salimos adelante, yo cumplí de nuevo e hicimos un gran partido al final”.

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Cuando volvieron al hotel de concentración, la historia continuó: “Algunos compañeros me dijeron que lo fuera a buscar. Yo estaba tranquilo, esperando mi momento de sinrazón, pero nunca hubo sinrazón. Lo más lógico si sabes que vamos a pelearnos es que nadie se meta, me pegas y no pasa nada. Después de eso fue ‘buen día, Carlos’, hablaba muy normal. Pasaron las semanas, las revoluciones me habían bajado. Lo buscaba en los entrenamientos y nada, porque estaba en mi zona, yo defensa y él delantero, pero no pasó nada”.

Zambrano compartió algunas conclusiones finales de aquel violento episodio: “En el equipo quedé como un caballero que no reaccioné, aunque quería reaccionar. Los dirigentes me dijeron ‘bien que no respondiste’, pero yo estaba volando. Me tocó perder. Darío se equivocó. Yo no tengo nada contra él, nunca tuve nada en contra, le deseo lo mejor a todos, a él, al club, al equipo, donde he pasado lindos y malos momentos. Esta fue una etapa incómoda nada más, quedó ahí. Éramos compañeros de equipo y si me tenía que pelear por él en el campo lo iba a hacer, pero no es que fuera del campo sea mi amigo. El tema quedó ahí”.

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