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Gripe aviar en la Antártida: pingüinos y otras especies fueron infectados

Una expedición científica por los mares de la Antártida detectó el mortífero virus de la gripe aviar H5N1 en pingüinos y cormoranes, un hallazgo que enciende alertas sobre el riesgo que enfrentarían algunas especies en peligro de extinción.

En febrero pasado se había detectado el primer caso de gripe aviar en el continente blanco en aves marinas skúas muertas, cerca de la base antártica Primavera.

La última detección de los casos positivos de influenza aviar de alta patogenicidad fue confirmada a inicios de esta semana por el Instituto Antártico Chileno (INACH), un organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores que organiza regularmente expediciones científicas.

Entre fines de 2023 e inicios de 2024, en los meses de primavera y verano austral, los científicos monitorizaron diversas especies de aves marinas antárticas y detectaron nueve casos positivos en ejemplares de pingüino de Adelia y una en cormorán antártico, según consignó a la agencia Reuters la investigadora postdoctoral Fabiola León, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

“Esta detección de influenza altamente patogénica H5N1 es por primera vez reportada para pingüinos y cormoranes antárticos”, expresó León

La “alta capacidad dispersiva” de las aves migratorias en los cambios de estación, así como el comportamiento gregario y de fuerte hacinamiento de las colonias reproductoras de pingüinos son factores de riesgo para la propagación del virus, interpretó la investigadora.

“Estamos hablando de que existe un riesgo muy preocupante, ya que existen especies en peligro de extinción, tales como los pingüinos emperadores y otras aves también de alta relevancia”, agregó León.

Las muestras fueron obtenidas en trece sitios de reproducción a lo largo de la península Antártica y la costa occidental del continente blanco.

En febrero pasado se confirmó por primera vez un tipo mortal de gripe aviar en la Antártida, según dijo entonces el español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en muestras de aves marinas skúas muertas, lo que en ese momento encendió las alarmas.

El organismo técnico dijo que el descubrimiento fue realizado por el chileno Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos (Instituto Milenio BASE), en colaboración con la empresa francesa PONANT y con la participación de un equipo de investigación internacional.

El caso confirmado en la península Antártica, tras otros detectados entre pingüinos papúa en islas cercanas, resalta el riesgo que corren las colonias de la región ante la gripe aviar H5N1 que ha diezmado las poblaciones de aves en todo el mundo en los últimos meses.

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