No culpes a la lluvia: crónica del breve paso de Luis Miguel por Córdoba
Faltaba un par de horas parta que El Sol cantara en el Estadio Monumental de Alta Córdoba. Sin embargo, las nubes presagiaban un mal tiempo y la humedad pegaba la ropa sobre la piel.
Los vendedores ambulantes, repartidos entre las calles de Alta Córdoba, se hartaron de vender unos pilotos hechos con una fina capa de plástico descartable. El temor a las condiciones meteorológicas estaban presentes. Luis Miguel había pospuesto un recital en Buenos Aires por las intensas lluvias.
Ataviadas con coronas de flores, remeras rojas y cintas con el nombre del cantante, las fanáticas del cantante mexicano comenzaron a colmar el estadio. El privilegio de asistir al Luis Miguel Tour 2024 las colmaron de alegría.
Las fanáticas hicieron retumbar todo el estadio con sus gritos, llantos y cánticos, demostrando una vez más, que Argentina tiene el mejor público del mundo.
No culpes a la lluvia
El recital de Luis Miguel inició a las 21.45, 15 minutos más tarde de lo previsto. Una garúa bien finita hizo que gran parte de las espectadoras se colocaran el piloto que compraron en la calle.
La organización había prohibido el ingreso de paraguas. Varios trabajadores con lampazos del tamaño de un monoambiente se dedicaron a secar el piso del escenario. "Mirá si Luis Miguel se cae", dijo una de las fanáticas a su amiga.De repente, las luces se apagaron y comenzó a sonar los primeros acordes de Será que no me amas.
Las luces se prendieron rápidamente y tras un destello de flashes y un compilado de Luis Miguel de niño y adolescente, El Sol apareció ascendiendo desde una plataforma.
Como un divo, bajó las escaleras, realizó poses sensuales e hizo delirar al público con el estribillo:
No culpes a la noche
No culpes a la playa
No culpes a la lluvia
El último verso fue casi una premonición de lo que iba a ocurrir. Luego, Luismi, sin dirigir una sola palabra al público como es habitual, cantó una serie de hits que hicieron estallar a sus fanáticas.
Cantó clásicos como Suave , Culpable o no, Dame, Yo que no vivo sin ti o Por debajo de la mesa. Antes de seguir con el recital, hubo una breve pausa para secar el piso y los instrumentos ya que la garúa se transformó en una llovizna bastante persistente. El recital continuó con No sé tú.
Con el hit La Incondicional, apareció quizás el "personaje" de la noche: un hombre alto de tez negra se acercó con un paraguas gigantesco y estuvo el resto de la velada siguiendo al cantante para que no se mojara.
La felicidad del público se hizo notar gracias a los cantos y a las pulseras luminosas en Ahora te puedes marchar, La Chica del Bikini Azul y Cuando Calienta El Sol.
Sin embargo, minutos antes de las 23 horas y con un poco más de una hora de concierto, Luis Miguel se despidió del público y se marchó con una gran sonrisa. Incrédulas, varias mujeres vieron su reloj. Varios espectadores argumentaron que las precipitaciones hicieron que su ídolo concluyera el recital antes de lo previsto.
Algunas preguntaron: "¿tan rápido? ¿no tiene que hacer un bis?". "Luis Miguel no hace bis", respondió otra mujer como si fuera una obviedad.
El recital debía durar aproximadamente dos horas. Las luces del estadio se prendieron y lo que fue un frenesí de ritmo se convirtió en una desilusión para muchas. Un grupo de fanáticas se congregó sobre la calle Jujuy al grito: "nos estafaron". Sin embargo, Luis Miguel ya se había ido en una flamante caravana de camionetas acompañado por la Policía.
Mientras salían por Sucre, una mujer le dijo a su grupo de amigas: “y bueno así es él”. La verdadera incondicional.
Los vendedores de choripanes de Calderón de la Barca tuvieron que apurar el fuego.