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Israel recrudece su ofensiva y parece inevitable una guerra regional

Durante casi un año, la guerra con Israel se mantuvo en el sur. Mientras los aviones de guerra israelíes bombardeaban las aldeas fronterizas y más de 100.000 residentes huían hacia el norte, los políticos de Beirut pedían una desescalada para evitar una guerra, a pesar de que ya había comenzado.

Ahora, una semana sangrienta e implacable de ataques ha hecho que la guerra sea imposible de ignorar.
El viernes, un ataque aéreo israelí destruyó un edificio residencial en Beirut. El ejército israelí afirmó que el ataque mató a Ibrahim Aqil y a otros diez líderes de la unidad de comando de élite Radwan de Hezbolá.

Al final de la semana, 76 personas murieron, incluidas 12 mujeres y niños, y más de 3.000 resultaron heridas, más del doble del número total de víctimas desde que comenzó la guerra el 8 de octubre del año pasado. Cualquier sensación de seguridad que hubiese sentido el pueblo libanés quedó hecha añicos.

Los grupos de derechos humanos condenaron los ataques con pagers por ser indiscriminados, y los expertos de la ONU calificaron el ataque de “aterradora” violación del derecho internacional. “Esos ataques podrían constituir crímenes de guerra de asesinato, ataques a civiles y lanzamiento de ataques indiscriminados, además de violar el derecho a la vida”, dijeron los expertos en derechos humanos de la ONU en un comunicado.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo poco después del ataque aéreo del viernes en Beirut que “la secuencia de acciones en la nueva fase continuará hasta que se alcance nuestro objetivo: el regreso seguro de los residentes del norte a sus hogares”. A principios de semana, anunció que el “centro de gravedad” del ejército israelí se estaba desplazando para enfrentarse a Hezbolá en el norte de Israel.

Las secuelas

En los hospitales de todo el Líbano , cientos de pacientes se estaban adaptando a una nueva vida, muchos de ellos ahora con discapacidades permanentes. Las explosiones de los pagers provocaron que muchos quedaran ciegos y perdieran una mano. Los pagers habían sonado dos veces y luego hubo una pausa, lo que dio tiempo a las personas a llevárselos a la cara antes de que explotaran.

“La enucleación [la extirpación del ojo] es un procedimiento que rara vez se realiza en estos días. Uno de nuestros oftalmólogos de mayor experiencia decía que había hecho más enucleaciones en un día que en toda su carrera”, dijo el ministro de salud del Líbano, Firas Abiad, al Observer.
El director ejecutivo del Centro Médico LAU-Hospital Rizk en Beirut, Sami Rizk, dijo que pedirían a otros países que donaran prótesis oculares.

El efecto político

La serie de ataques ha impulsado la unidad en todo el Líbano. Durante el último año, el país ha estado dividido por la guerra de Hezbolá con Israel: algunos dicen que es necesario forzar un alto el fuego en Gaza y otros están resentidos por que el Líbano se vea arrastrado al conflicto.

Hezbolá cpmenzó a disparar contra Israel el 8 de octubre, en lo que caracterizó como un acto de “solidaridad” con el ataque de Hamás del día anterior.
Desde entonces, el grupo libanés anunció que no detendrá sus ataques contra el norte de Israel hasta que se logre un alto el fuego en Gaza. Los combates han matado a más de 500 personas en el Líbano, de las cuales más de 200 son civiles, y han destruido aldeas enteras a lo largo de la frontera entre Líbano e Israel.

Tras las explosiones de los pagers, cesaron las críticas a la guerra de Hezbolá contra Israel. Se han formado colas en el exterior de los hospitales para donar sangre. Las autoridades emitieron un comunicado en el que afirmaban que no se necesitaban donaciones de riñón y que los trasplantes de ojos eran imposibles, después de que varios ciudadanos ofrecieran los suyos.

El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, agradeció a los ciudadanos del Líbano su solidaridad durante un discurso pronunciado el jueves y dijo que los ataques de la semana eran una "declaración de guerra" contra el Líbano. Prometió que el grupo tomaría represalias contra Israel.

La realidad es que Hezbolá se enfrenta a un gran desafío: ¿cómo puede responder a Israel sin ir a la guerra?

FUENTE: The Guardian

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