“Helene” dejó por lo menos 52 muertos y millones sin electricidad
Después del golpe a la costa norte de Florida en la noche del jueves, el huracán Helene atravesó el territorio de Georgia, las Carolinas y hasta Tennessee, unos 800 kilómetros tierra adentro. Tras impactar originalmente como un huracán de categoría 4 y seguir su trayectoria al norte, el ciclón pasó a ser una tormenta tropical, pero sus consecuencias no dejaron de ser menos graves.
Helene causó por lo menos 52 muertes y dejó a millones de personas sin electricidad en el sureste de Estados Unidos, así como miles de millones de dólares en daños y un continuado riesgo por inundaciones en algunas zonas de las Apalaches.
Las personas fallecidas se reparten en los estados de Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia. Aunque es probable que la cifra aumente en los próximos días cuando se pueda acceder a zonas que siguen inundadas e inaccesibles por el momento.
La zona pantanosa de Big Bend, justo donde la península de Florida sale hacia el mar, recibió el golpe directo de tres huracanes desde agosto del 2023. Los expertos advierten que es el reflejo de una tendencia causada por la temperatura récord del agua del Golfo de México, que genera tormentas que se intensifican fuertemente, a veces en cuestión de horas, como fue el caso de Helene, que durante la tarde del jueves pasó de ser categoría 1 a 4.
En Atlanta (Georgia), se rompió un récord de lluvias. En 48 horas la ciudad recibió 282 mm de agua, la mayor cantidad registrada desde que en 1878 se comenzó a registrar la precipitación. Las inundaciones en la sexta área metropolitana del país son severas y persistentes.
El oeste de Carolina del Norte quedó prácticamente aislado a causa de deslaves e inundaciones que forzaron la clausura de varias autopistas. Y la ciudad de Asheville está sumergida, cumpliendo los pronósticos de meteorólogos que habían advertido de la posibilidad de la repetición de un evento que había sucedido por última vez en 1916. En la zona, en la mañana del sábado tampoco había electricidad ni cobertura de teléfono.
Asimismo, todavía más al norte, deslaves en las montañas Apalaches arrasaron partes de la autopista interestatal alrededor de la frontera de Carolina del Norte y Tennessee. Con la tormenta todavía presente en esta zona, los meteorólogos advirtieron que las inundaciones podrían ser las peores en un siglo y los servicios de emergencia están preparados para lidiar con los estragos durante los próximos días y hasta semanas.
En cuanto a daños materiales, se estima que el costo será entre 15.000 y 26.000 millones de dólares. En Georgia, se han reportado daños “catastróficos” en la infraestructura eléctrica, con más de 100 líneas de alto voltaje afectadas. Y en Carolina del Sur, donde el 40% de la población estaban sin luz el sábado alrededor del mediodía, los daños apenas se estaban evaluando por la dificultad del acceso por el nivel de destrucción.
Por ahora, las administraciones han pedido a la gente atrapada en sus hogares en los diferentes Estados afectados que llamen a los equipos de rescate. La orden es que eviten aventurarse en las aguas de inundación, pues pueden ser altamente peligrosas por cables eléctricos sueltos y otros tipos de escombros.
Helene fue la octava tormenta con nombre de la temporada de huracanes del Atlántico, que comenzó el 1 de junio. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica ha pronosticado este año una temporada superior a la media debido a las temperaturas récord de los océanos. Con récords de temperatura superados año tras año recientemente, puede que temporadas como esta sean la nueva norma.
Fuente: El País