Milei pierde imagen por goteo y cada vez son más los que prefieren no escucharlo
"Un chico de barrio, que es medio analfabeto, y dice estupideces".
La caracterización presidencial, propuesta en el aire de Radio Universidad este lunes, le pertenece al camaleónico dirigente Julio Bárbaro (82 años) que, dicho de paso, dedicó acidez mayor a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Un chico de barrio que dice estupideces, dice Bárbaro, ya no tan habitual en los programas de chimentos y comidillas donde se lo solía ver, especialmente en época de campañas.
De alguna manera esta idea de vacío de contenido, sumada a la ligereza como sistema, cuando no la deliberada voluntad de instalar datos falsos, comienza a tomar relieve en la opinión pública.
¿Qué tanto le interesa escuchar los discursos o presentaciones en público de Milei?, preguntó la consultora Zuban Córdoba, una de las que con mayor precisión estimó intención de voto en el balotaje de 2023.
De los 1.900 casos, surge que un 63,7 por ciento prefiere no asistir a las presentaciones públicas del presidente de la Nación. En cambio, un 35,2 por ciento, un núcleo duro apenas ampliado, muestra algún interés en oír las interpretaciones del graduado en la privada Universidad de Belgrano.
¿Quizá porque sus discursos devinieron monolíticos, o peor, repetitivos? ¿O tal vez porque a ellos siempre se les adosa una fila de aduladores en el marco de algún coloquio empresarial? Cuestiones de análisis subjetivo.
"Los gerentitos que juegan al golf y tienen departamento en Miami. Pero esos tipos no pueden ni conducir una bicicleta…” completó su fresco Bárbaro en la misma nota radial, componiendo con trazos gruesos el soporte y los aplausos sobre los que se acuesta el presidente.
El dato sobre este eje lo destaca el propio director, Gustavo Córdoba: un 30 por ciento de sus votantes en el balotaje perdió interés en las presentaciones y disertaciones del presidente. Es todo el “voto Bullrich”, podríamos especular
Perdiendo imagen por goteo…
El informe de Zuban Córdoba correspondiente a julio daba un primer acercamiento a esta cuestión del impacto de las medidas y los modos (la creciente tensión y los discursos de odio no son un accesorio).
En julio, tres meses atrás, de los encuestados que votaron a Milei en el balotaje, el 16,8 por ciento creía que el plan económico, al cabo el nervio central de la propuesta de valor de La Libertad Avanza, estaba "fracasando".
"Desde abril, en todos los ítems que medimos, esto es, la aprobación, la marcha del país, la imagen presidencial, vienen cayendo un punto, un punto y medio", grafica Córdoba la merma del apoyo al presidente y su Gobierno.
"Por ejemplo, cuando preguntamos aprobación, el 58,2% desaprueba la gestión del Gobierno nacional. O, por ejemplo, cuando preguntamos por la dirección o rumbo del país, el 56% dice que se está yendo en la dirección incorrecta", completa el consultor y analista político.
“En abril Milei tenía una brecha de -5 puntos (diferencial negativo de 5 puntos). En octubre el diferencial es de -18 puntos” Gustavo Córdoba
El crawling y la devaluación de la imagen y el apoyo al Gobierno es una dinámica suave que se constata mes a mes. Allí están los números recolectados por Zuban Córdoba.
La imagen positiva de Milei en abril se ubicaba en el 47,2 por ciento. En octubre el descenso fue de casi 7 puntos porcentuales. Con la misma contundencia creció la percepción negativa. Abajo, las líneas de la erosión dan una idea de lo volátil que resulta la política y lo cambiante que puede llegar a ser la percepción social.
A inicios de septiembre, el consultor Hugo Haime decía a este mismo medio que percibía que se estaba en proceso de un "resquebrajamiento de las columnas vertebrales" en las que se apoya el Gobierno de Javier Milei. En ese momento la mayoría de las consultoras ya exhibía que la imagen negativa era mayor a la positiva. Desde ese momento la brecha fue creciendo; en el medio, dos vetos relevantes: jubilatorio y universitario.
El orgulloso “ajuste más grande de la historia” que el presidente exclama con alegría tiene en stand by la quita total de subsidios sobre las tarifas energéticas y sobre el transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Esos dos movimientos podrían, eventualmente, agrandar aún más la distancia entre la línea roja y la verde.