Después de cinco meses, designan nuevo embajador de España en la Argentina
Luego de cinco meses de una suerte de acefalía, Pedro Sánchez, presidente de España, decidió enviar nuevamente a un embajador para hacerse cargo de la sede diplomática de su país en Argentina.
La Moncloa había resuelto en mayo llamar a consulta a María Jesús Alonso Jiménez, quien se desempeñaba como embajadora en Buenos Aires desde 2022. Su salida del país se dio en medio de los ataques y desaires de Javier Milei a su par español, en el marco de los viajes del líder libertario a Madrid.
Ver: Escándalo diplomático: España retira permanentemente a su embajadora en Buenos Aires
Desde entonces, la diplomacia de ambos Estados tejió en silencio para reconstituir la relación bilateral. Si bien la tensión entre Milei y Sánchez persiste, en Argentina interpretan la decisión de Sánchez como un “gesto diplomático” para aplacar los roces del pasado.
La canciller Diana Mondino asumió como una prioridad de su gestión como responsable de la relaciones exteriores lograr el regreso del embajador. Y lo consiguió.
Cuando Alonso Jiménez llegó a Madrid, quien quedó provisoriamente al frente de la diplomacia española fue Fernando García Casas, el otrora cónsul de ese país en Buenos Aires. No obstante, en junio se fue de la Argentina hacia La Paz, para desempeñarse como embajador en Bolivia.
Ahora, el elegido como próximo embajador de España en la Argentina es Joaquín María de Arístegui, quien hasta ahora se desempeñaba como representante del gobierno español en Colombia.
Mientras tanto en España
En ese contexto de tensión, Roberto Bosch Estévez se desempeña como embajador de Argentina en España. Está en ese rol desde marzo, de la mano de Milei. Aunque reside en Madrid desde 2020, dado que fue el segundo de Ricardo Alfonsín en la sede diplomática argentina.
El embajador debió articular gestiones y aplicarse con la crisis que se desató por la pelea entre Milei y Sánchez.
Incluso, mantuvo múltiples reuniones con José Manuel Albares Bueno, ministro de Asuntos Exteriores de España, para intentar apaciguar la tensión entre los presidentes de ambos países.
Dejaron en claro que el vínculo diplomático y comercial corre por otro carril, pero las gestiones no fueron suficientes como para evitar que Madrid retire su embajador de Buenos Aires.
Tanto Sánchez como Albares llegaron a sostener, incluso, que no designarían a un nuevo embajador hasta tanto Milei no se disculpara con el Jefe de Gobierno español por sus declaraciones sobre Begoña Gómez, esposa del líder del PSOE.
Si bien Milei nunca exteriorizó esas disculpas, Sánchez decidió dar el aval para enviar a un nuevo embajador. El presidente español asume la relevancia del vínculo diplomático con Argentina.
La pelea
La tensión diplomática se desató a mediados de mayo, cuando Milei viajó a Madrid a una cumbre de la derecha organizada por Pedro Abascal, líder de Vox. Durante su discurso, el Presidente apuntó sin mencionarla contra Begoña Gómez.
Atento a la presencia de su par argentino en España, Pedro Sánchez había apuntado horas antes contra el acto que de Vox. “Esta misma semana va a haber algún encuentro de ultraderechistas desgraciadamente en nuestro país”, señaló el presidente español en su discurso en la IV edición del foro “Fondos Europeos”.
Sánchez reivindicó a España como una sociedad que está a favor de la “igualdad de género, la justicia social” y el ambientalismo como una forma de diferenciarse de Vox.
Aquel domingo, el presidente argentino decidió intervenir en la política doméstica española, fuera de todo protocolo y desconociendo su rol como máxima representación institucional de nuestro país.
En el encuentro opositor de despachó: “No saben qué tipo de sociedad y país pueden producir y qué calaña de gente atornillada al poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar, aun cuando tenga la mujer corrupta, ensucia y se tome cinco días para pensarlo”.
Las declaraciones fueron una alusión implícita a Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez, quien era investigada por un caso de presunto tráfico de influencias, en el marco de una causa penal en la que se la involucró por supuestas recomendaciones a una empresa contratista del estado español.
Rápidamente, Sánchez salió a exigir un pedido de “disculpas” y “rectificación” por parte de Milei. El Gobierno argentino rechazó las declaraciones del Palacio de la Moncloa. La Casa Rosada optó por aumentar la tensión con sucesivas declaraciones del vocero Adorni y del propio presidente.