Murió el escritor y sociólogo argentino Juan José Sebreli
En la madrugada de este viernes falleció, a los 93 años, el escritor y sociólogo argentino Juan Jose Sebreli.
Se encontraba internado desde el pasado domingo en el Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires por complicaciones en su salud.
Sebreli nació en Buenos Aires en 1930. A los veinte años colaboraba simultáneamente en las dos revistas literarias más prestigiosa de ese momento: Sur y Contorno. Formó un grupo existencialista sartreano junto a dos personajes hoy de culto, Oscar Masotta y Carlos Correas.
En su obra se interrelacionan la sociología, la historia contemporánea, la teoría política y la filosofía; más que a una disciplina especializada prefiere adscribirse al género más libre del ensayo. Reivindica la posición de intelectual libre, no ha pertenecido a ningún partido político ni a instituciones académicas, ni ha gozado de prebendas o subsidios oficiales. Sus posiciones heterodoxas y contra la corriente, han generado polémicas.
Alcanzó notoriedad con Buenos Aires, vida cotidiana y alineación (1964) obra pionera de la sociología de la vida cotidiana. Entre sus libros se destacan Martínez Estrada, una rebelión inútil (1960), Mar del Plata, el ocio represivo (1969), Tercer mundo, mito burgués (1974), Los deseos imaginarios del peronismo (1983), La saga de los Anchorena (1985), El asedio a la modernidad (1991), El vacilar de las cosas (1994), Escritos sobre escritos, ciudades bajo ciudades (1997), La era del fútbol (1998), Las aventuras de la vanguardia (2000), Crítica de las ideas políticas argentinas (2002), Buenos Aires, ciudad en crisis (2003), El tiempo de una vida (2005), El olvido de la razón (2006), Cuadernos (2010) y El malestar de la política (2012).
Fue doctor honoris causa por la Universidad CAECE, premio de ensayo de la Academia Nacional de Letras, dos veces premio Konex, colaborador de La Nación y otras publicaciones. Tradujo obras de Alexander Kojève, Georg Lukács y Simone de Beauvoir. Su obra más destacada Comediantes y mártires ganó el premio de Ensayo Debate/Casa de América 2008.