Conmoción por el hallazgo de 21 ballenas muertas en Puerto Madryn
En las últimas semanas de octubre, 21 ballenas aparecieron muertas en la costa de Puerto Madryn. El hallazgo encendió las alarmas ya que se trata de 21 decesos producidos en tan sólo 10 días.
Mariano Coscarella, docente de la Universidad de la Patagonia e investigador del CONICET, fue entrevistado en Crónica Matinal para explicar el panorama. El especialista destacó que hay que “tener en cuenta que la población de ballenas se viene recuperando”. Es importante hacer esta distinción porque estadísticamente mientras mayor sea la cantidad de ballenas, también será mayor la cantidad de decesos registrados.
Coscarella comentó que desde 1999 se realiza el censo de ballenas y que al comienzo se registraban alrededor de la Península Valdés unos 500 animales y unas 70-100 crías. Hoy en día se registran 1500 animales y casi 550 crías. Esta información sirve para contextualizar las muertes recientes porque la cantidad de animales muertos por año está referida muchas veces a la cantidad de crías ya que son los que mayores posibilidades tienen de morir.
Este año se registraron 71 animales muertos de los cuales 50 eran crías. De la cifra restante, 18 de los animales que murieron eran adultos y otros 3 eran juveniles. Mariano Coscarella explicó que estas cifras son un poco más altas de lo normal.
TOXINAS EN EL AGUA
La existencia de una toxina en el agua como causante de la muerte de las ballenas es solo una hipótesis. Mariano Coscarella explicó que se conoce de algunas algas microscópicas que liberan toxinas que son tóxicas para las ballenas pero todavía no se comprobó que los cuerpos hallados a fines de octubre correspondan con este tipo de decesos.
Los cuerpos hallados en la costa de Puerto Madryn en las últimas semanas se han analizado pero los resultados de esos laboratorios todavía se desconocen. Además, es importante destacar que algunos cuerpos fueron muestreados en un avanzado estado de composición y por ese motivo tal vez nunca se pueda obtener el resultado respecto a la presencia de toxinas porque estas se degradan con el tiempo.
Esta hipótesis se remonta a 2022, donde se registraron 30 animales adultos muertos y luego de analizar los cuerpos se pudo constatar la presencia de toxinas en los animales. Es muy probable que en esos casos los animales hayan muerto al ingerir toxinas presentes en las algas microscópicas. Se especula que las causas sean las mismas para las ballenas fallecidas este año.
Mariano Coscarella se refirió a la preocupación de la población chubutense frente a estas muertes y comentó que no es posible evitar que las algas con toxinas se reproduzcan ni que las ballenas coman. Pero recalcó que la población de ballenas sigue creciendo y produciendo cantidad suficiente de ballenatos así que, por lo pronto, no estamos frente a un peligro inminente de desaparición de ballenas.