Provinciales

La cordobesa Sandra Díaz fue premiada con el «Nobel del Ambiente»

Sandra Díaz, investigadora del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba (Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal IMBIV, CONICET-UNC) fue reconocida, junto con el investigador brasilero-estadounidense Eduardo Brondízio, con el Tyler Prize 2025 al Logro Ambiental por sus estudios sobre el entrelazamiento entre la biodiversidad y los seres humanos.

El premio Tyler, habitualmente considerado como “el Premio Nobel del Medio Ambiente”, es una de las distinciones ambientales anuales más prestigiosas del mundo, y Díaz y Brondizio son los primeros sudamericanos en recibirlo el galardón. Han pasado a integrar el selecto grupo de 88 personas de 18 países diferentes que desde su institución en 1973 han recibido la distinción.

El Comité Ejecutivo del Premio Tyler resolvió otorgar el premio de 250 mil dólares a Díaz y a Brondízio, por su compromiso con el abordaje de la pérdida de biodiversidad y su impacto en las sociedades humanas.

“El trabajo de Sandra Díaz ha sido fundamental para redefinir cómo se conceptualiza y valora la biodiversidad en todo el mundo,” afirmó Julia Marton-Lefèvre, presidenta del Comité.

Tanto Díaz como Brondízio buscan llamar la atención sobre el entrelazamiento de la humanidad con la naturaleza, y a reconocer las responsabilidades compartidas en la trama de la vida. “La justicia socio-ambiental y el respeto por nuestras conexiones con otras formas de vida en la Tierra deben dejar de ser conceptos abstractos”, declararon ambos ganadores en un comunicado conjunto.

Díaz, investigadora a la vanguardia del estudio de las interacciones entre la biodiversidad y la humanidad, pide que el respeto por la naturaleza y sus contribuciones vitales para la gente se incorporen en sectores de la legislación y la economía.

Brondízio, un antropólogo que lidera estudios interdisciplinarios sobre la Amazonia, demanda un cambio en la forma en que académicos, tomadores de decisiones y financiamiento internacional de clima y biodiversidad ven e interactúan con la Amazonia.

Díaz y Brondízio trabajaron juntos en el Informe de Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), publicado en 2019, así como en la Convención de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad.

Trayectoria y premiación

Sandra Díaz es investigadora superior del Conicet en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, Imbiv (Conicet-UNC) y docente investigadora en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC.

Ha recibido importantes distinciones como su incorporación a las academias de ciencias de Estados Unidos y de Francia; el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2019; y la medalla de la Sociedad Linneana de Londres (Linnean Society), la sociedad de historia natural más antigua del mundo.

En una larga cadena de reconocimientos, el año pasado la Universidad de Bolonia, la más antigua del mundo, le entregó el título Doctorado Honoris Causa en ciencias de la Tierra, la Vida y el Medio Ambiente.

Díaz y sus colegas elaboraron un concepto clave, las contribuciones de la naturaleza a las personas, el cual busca capturar la diversidad de significados y beneficios que distintos grupos humanos atribuyen a la naturaleza. “Las personas establecen relaciones económicas, sociales y culturales muy diferentes con cada tipo de vegetación, moldeando así los ecosistemas a través de sus decisiones”, indicó.

Crisis climática global

Díaz se ha referido al negacionismo climático y la indiferencia de algunos líderes políticos globales a la importancia de cuidar la naturaleza: “La creciente narrativa de que el beneficio privado debe tener prioridad sobre el bien común, es extremadamente peligrosa para nuestro futuro compartido. Si estas narrativas se afianzan y se expanden, corremos un grave riesgo de perder la oportunidad de asegurar un futuro mejor", expresó.

Y aseguró que la crisis de la naturaleza, la crisis climática y la crisis de desigualdades sociales inaceptables tienen una misma raíz: “La simple y antigua codicia a una escala masiva. Este modelo de relación con el planeta ve a otras formas de vida e incluso a otros seres humanos como meros objetos a explotar para obtener el máximo beneficio", enfatizó.

Sobre cómo salir de esta triple crisis, Díaz indicó que no se puede abordar un solo problema y olvidar los otros dos.

Sobre este punto ejemplificó: “Se podría impulsar masivamente la plantación de especies de rápido crecimiento y alto consumo de agua para capturar carbono rápidamente, o crear empleos en sectores industriales dañinos para la naturaleza y el clima con el fin de estimular la economía. Pero estas soluciones parciales, al ignorar el impacto en los otros dos problemas, terminarían siendo contraproducentes”.

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