¿Terapia psicológica o coaching?: diferencias y similitudes para evitar confusiones
El coaching de vida ha llegado a audiencias más amplias en 2023. América Latina tuvo un aumento estimado del 54% respecto al 2022. En la región hay 16.900 coaches dedicados tanto al sector empresarial como a las sesiones individuales para ayudar a las personas a llegar a su máximo potencial, de acuerdo al Global Coaching Study 2023. La técnica ha ganado relevancia por usar un discurso de empoderamiento, cuyo fin es conseguir que las personas realicen en un corto tiempo las metas que se han propuesto.
Y por esas características, en particular cuando se habla de coaching de individuos, se confunde en ocasiones con disciplinas tradicionales como la psicoterapia. El cuidado de la salud mental es un tema aún pendiente en la educación sanitaria de los latinoamericanos. En México, por ejemplo, el interés de la población por este importante aspecto del bienestar humano es sólo del 14%, el más bajo de la región. En contraste, Chile lideró la lista con 62% en 2022, según Statista.
Pero lo reconozcamos o no, los trastornos de ansiedad o de alimentación, la depresión y las adicciones, afectan las vidas contemporáneas. Y los acontecimientos difíciles, como la adaptación a un nuevo empleo o la pérdida de un ser querido, también causan dolor psíquico. La psicóloga Gabriela Aranda, investigadora de los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP), dijo a Infobae que la psicoterapia se caracteriza por atender con métodos científicamente válidos todos esos cuadros, algunos de los cuales ameritan un diagnóstico de trastorno.
En cambio, el coaching se usa en problemas sin diagnósticos clínicos. Oscar Maldonado, coach de vida e hipnoterapeuta, señaló que el desconocimiento de las características diferentes de la terapia psicológica y el coaching causan también confusión respecto de a dónde acudir en distintas circunstancias.
La terapia psicológica y el coaching de vida se dirigen a distintos públicos
Según la Asociación Americana de Psicólogos (APA, por sus siglas en inglés) los psicólogos pueden darles tratamiento a numerosos tipos de problemas. “Algunas personas consultan a un psicólogo porque se han sentido deprimidas, enojadas o ansiosas por largo tiempo. Otras, porque quieren ayuda con un trastorno crónico que interfiere con sus vidas o su salud física. Por su parte, otras recurren al psicólogo porque experimentan problemas a corto plazo que desean resolver como sentirse abrumados por un nuevo empleo, o están afectadas por la muerte de un familiar. Los psicólogos también nos ayudan a enfrentar situaciones estresantes, a curarnos de adicciones , a controlar enfermedades crónicas y eliminar los obstáculos que nos impiden alcanzar nuestros objetivos”.
En tanto, una de las principales diferencias entre la terapia y el coaching de vida se determina con el tipo de público al que cada una se dirige. Las personas que recurren al coaching intentan superar algún conflicto específico con este acompañamiento, de acuerdo con la definición de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Respecto a las personas que se acercan a sesiones de coaching de vida con Maldonado, la mayoría presentan coyunturas con impacto emocional como rupturas amorosas. Muchas veces los pacientes carecen de un objetivo de vida, “la gran enfermedad de este siglo”, en palabras del también hipnoterapeuta.
También identificó que sus coachees —término que nombra a quienes reciben las sesiones— se sienten inseguros de sí mismos, por ejemplo debido a la discriminación socioeconómica, un problema habitual en su opinión. Muchas personas quieren cambiar con él la baja autoestima que los limita.
La gente que acude a la psicología padece de otra clase de afecciones del comportamiento, en palabras de Aranda. Cada caso amerita una terapia individual y la asesoría de un experto en constante capacitación. Un profesional de la salud mental puede lograr una modificación de la conducta que afecta a la persona. “De esta forma se logra regular el comportamiento de una persona con resultados duraderos”, explicó la psicóloga.
Los métodos diferentes del coaching y la psicoterapia
Tanto el coaching como la terapia psicológica recurren a distintas técnicas para tratar a cada paciente. Sin embargo, solo los profesionales de la salud mental cuentan con la formación necesaria para tratar —en ocasiones, con la perspectiva concurrente de un médico psiquiatra— condiciones más complejas como la depresión mayor, la esquizofrenia o el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
El coaching que Maldonado aplica en sus sesiones se basa en la programación neurolingüística (PNL). Esta herramienta busca representar y cambiar el modo en que las personas estructuran sus experiencias de vida, creencias, valores y principios, según definición de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
La PNL también se emplea en las empresas, cuando se busca cambiar las prácticas de un grupo de gente para que consiga el éxito que se persigue. “Se trata de despejar las ideas limitantes y hacer que una persona sea coherente con lo que dice y hace”, explicó el coach.
En la psicología, cada profesional usa la técnica que considere mejor. La más usual es la terapia sistémica, en la que un psicólogo, bajo una perspectiva integradora, identifica y trata los patrones de comunicación en las relaciones conflictivas. Otra es el mindfulness, la observación de la realidad en el momento presente con aceptación, que ha ganado popularidad debido a que se enfoca en disminuir la ansiedad, de acuerdo a la Revista de Neuropsiquiatría.
El coach persigue resultados inmediatos, a diferencia del psicólogo
Este tipo de sesiones ofrecen a los coachees cambios inmediatos en su conducta. Tanto Maldonado como Aranda coincidieron en que el coaching promete alcanzar metas personales en un breve periodo, lo que resulta atractivo para el ritmo de vida del presente y explicaría el por qué de su auge.
El objetivo al que apunta el coaching de vida es la superación personal: “Elimina ideas de vida y creencias limitantes. Por eso un coach trabaja con objetivos inmediatos”, comentó el hipnoterapeuta. También admitió que sin las sesiones que tomó hace más de ochos años hubiera sido imposible para él alcanzar las metas que ha superado en su propia vida personal y profesional.
Aunque los progresos lleguen en tiempo récord, en su mayoría son fugaces, esclareció Aranda. Por eso muchas de las personas “suelen recurrir de forma constante a otros coaches si persisten las limitaciones que detienen sus vidas”. Cuando los cambios no son profundos, “los resultados no duran y exigen ir a sesiones siempre”.
El coaching adoptó un perfil empresarial, según la psicología
La historia del coaching es reciente: “Comenzó en la pedagogía con un enfoque humanístico para ayudar a los estudiantes a explotar su máximo potencial en el aprendizaje”, explicó Aranda. Con el tiempo, agregó, el marketing y la comunicación organizacional comenzaron a adoptar esta técnica para contribuir al cumplimiento de las metas empresariales.
“Las compañías comenzaron con certificaciones en distintos tipos de coaching, con personas sin conocimientos en psicología”, agregó. Eso abona la confusión del público en general, además de los tabúes alrededor de la salud mental.
En coincidencia, Maldonado concluyó que conviene tener presente la diferencia básica: la terapia psicológica atiende los problemas emocionales de las personas, mientras que el coaching de vida ayuda a que cumplan los objetivos difíciles de alcanzar o a buscar un sentido para encauzar las acciones.
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