Cuáles son los nuevos métodos de diagnóstico y criterios clínicos para detectar la Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta a diferentes regiones del sistema nervioso central debido a un compromiso inflamatorio principalmente de estructuras como la mielina (componente graso que recubre el axón de las neuronas), llevándola a su degeneración.
En el mundo conviven con esclerosis 2.8 millones de personas, mientras que en Argentina aproximadamente 18 de cada 100.000 la padecen.
Como resultado de esta enfermedad, los pacientes pueden presentar síntomas visibles como, por ejemplo, debilidad en extremidades, incoordinación, trastornos en la marcha; uotros no visibles, tales como la pérdida de la visión, incontinencia, fatiga o problemas cognitivos.
Como profesional, siempre me ha llamado la atención el hecho de cómo muchas personas, que han sido diagnosticadas y concurren a realizar una consulta, tienen información no sólo sobre la enfermedad, aunque en muchas oportunidades la fuente no sea confiable, sino también sobre nuevos tratamientos y fechas de congresos.
Por lo general, luego de la realización de los congresos, mis pacientes suelen realizar una pregunta que aparece casi inevitablemente: “¿Qué hay de nuevo para la esclerosis múltiple?”. Con alegría, puedo responderles que la esclerosis múltiple tiene un futuro prometedor.
En este último tiempo se han mejorado los criterios clínicos y herramientas diagnósticas, lo cual ha permitido acortar los tiempos para arribar al diagnóstico, dándonos la oportunidad de iniciar tratamientos tempranamente y, de ese modo, disminuir las recaídas, las cuales se presentan como síntomas neurológicos deficitarios por actividad de la enfermedad. Esto permite, a su vez, evitar la discapacidad.
Se han descubierto nuevos mecanismos de acción y se han aprobado nuevas moléculas para la terapéutica. Una vez descubierto un nuevo mecanismo de acción, se realiza un ensayo clínico para poder probarlo y aprobarlo en humanos. En ese sentido, ya se están realizando varios ensayos de ese tipo, de los cuales Argentina participa, para poder lograr su aprobación.
Con respecto al curso de la enfermedad, existe aún más evidencia que muestra la presencia de estadios previos de la misma (fase pródromica). Hemos aprendido cómo los factores ambientales, como la baja exposición solar, la obesidad en ciertas etapas de la infancia y/o adolescencia, y las infecciones, como el Epstein Barr Virus, se relacionan con el desarrollo de la enfermedad.
Esto nos ayudaría a sospechar la patología desde estadios más tempranos, adelantar terapias o comenzar a discutir la necesidad de tomar acciones de prevención primaria como, por ejemplo, una vacuna.
A su vez, también logramos tener más información sobre el impacto del estilo de vida y de las comorbilidades en el curso evolutivo de la enfermedad: los factores de riesgo cardiovasculares pueden relacionarse con una mayor tasa de recaída y una progresión de los síntomas.
Sin duda, en estos últimos años hemos podido contar con más conocimientos acerca de la patología. Gracias a los avances mencionados, hoy en día tenemos mejores herramientas diagnósticas y terapéuticas para abordar la esclerosis múltiple, hasta que podamos alcanzar la cura de la enfermedad.
*Dr. Guido Vázquez Médico Neurólogo (MN 154081 – MP 65149) del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro – INECO
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