Tuberculosis: la importancia de un diagnóstico precoz para reducir las chances de secuelas permanentes
En 2021, unas 10,6 millones de personas en todo el mundo contrajeron esta patología. De este total, 1,6 millones fallecieron. La tuberculosis es considerada como la segunda enfermedad infecciosa que causa mayor número de muertes a nivel mundial, siendo sólo superada por la COVID-19, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y pese a que casi el 85% de las personas que son tratadas se curan, es imprescindible obtener un diagnóstico precoz para reducir las chances de secuelas permanentes. En el Día mundial de esta patología, la importancia de la consultar con un profesional de la salud ante los primeros síntomas.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que afecta a los pulmones y que es causada por una bacteria (Mycobacterium tuberculosis) que se transmite de una persona a otra a través de las gotitas de aerosol que permanecen en el aire tras haber sido expulsadas por personas con enfermedad pulmonar activa. Según algunas estimaciones, un 25% de la población mundial fue infectada por el bacilo de la tuberculosis, pero (aún) no han enfermado ni pueden transmitir la infección, siendo que entre los infectados latentes, entre el 5% y el 10% tiene un riesgo de desarrollar la enfermedad a lo largo de su vida.
Como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible trazados por Naciones Unidas de cara al 2030, buscan una reducción del número de casos y la mortalidad causada por la tuberculosis. Sin embargo, pese a los esfuerzos globales y mancomunados, y tras una tendencia decreciente, la OMS alertó sobre un incremento de casos en 2021. Según explicaron, 10,6 millones de personas contrajeron esta enfermedad, cifra que superó en un 4,5% a la correspondiente a 2020.
“Hay alarma porque las muertes por tuberculosis aumentaron por primera vez en más de una década”, alertó la doctora Laura Lagrutta (MN 98097), especialista en neumología, coordinadora de la sección Tuberculosis de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR). En ese sentido, señaló que en la Argentina, “de acuerdo a la información provisoria de 2021, la notificación de casos aumentó un 13,8% en relación con el número de casos, es decir, hubo 1422 notificaciones más que en 2020″.
En ese tono, la experta aseguró que esta patología “sigue siendo un problema de salud pública a nivel mundial porque se trata de la segunda causa de muerte por un agente infeccioso, sólo superada por la COVID-19″.
“Una persona será más propensa a contagiarse de tuberculosis si presenta deficiencias en su estado inmunológico ya sea de manera permanente o transitoria. Hay otros factores que también intervienen en la posibilidad de contagiarse, por ejemplo, el tiempo que se ha estado en el mismo ambiente que un enfermo, el tamaño y la ventilación de ese ambiente, el tipo de tuberculosis”, explicó Lagrutta.
Tuberculosis: la importancia de un diagnóstico precoz
Un punto esencial, según la experta de AAMR, es que se estima que casi el 85% de las personas que son tratadas se curan, pero es esencial obtener un diagnóstico precoz para evitar las secuelas permanentes. “Es fundamental diagnosticarla tempranamente y consultar con un profesional de la salud ante los primeros síntomas”, recalcó.
Es por eso que indicó que, en las personas que sí han desarrollado la enfermedad, los síntomas son tos (a veces con esputo que puede ser sanguinolento), dolor torácico, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudoración nocturna.
“Es importante considerar que los síntomas dependen de la magnitud del compromiso, del tiempo de evolución del cuadro, de la edad y del estado inmunológico del paciente. Estos signos, a veces solapados durante muchos meses, ocasionan retrasos en la búsqueda de la atención médica y en la detección – continuó Lagrutta-. Y muchas veces, el cuadro se puede confundir con otras enfermedades y cuanto mayor es la demora en el diagnóstico de la enfermedad, hay un mayor riesgo de contagio a otras personas”.
Cómo puede prevenirse la tuberculosis
De acuerdo a cifras publicadas por la OMS, “cerca del 85% de las personas que la contraen evolucionan satisfactoriamente con una pauta terapéutica de 4 a 6 meses”. Sin embargo, los expertos hacen especial hincapié en la aplicación de la vacuna BCG, siendo que tras la infección se indica la administración de antibióticos.
“Comenzar el tratamiento en estadios iniciales permite una rápida mejoría de los síntomas y corta la cadena de transmisión. Generalmente los tratamientos duran 6 meses y es fundamental completarlo para evitar las recaídas y la resistencia a los fármacos. La tuberculosis multirresistente es un grave problema de salud pública que requiere de tratamientos más prolongados, más costosos y menos efectivos”, aseguró Lagrutta.
Al tiempo que alerto que, recientemente, se informó que “la carga de tuberculosis farmacorresistente aumentó un 3% entre 2020 y 2021, año en que se detectaron 450.000 nuevos casos de tuberculosis resistente a la rifampicina. Es la primera vez en muchos años que aumenta el número de personas que contraen la enfermedad y que están infectados por bacilos resistentes a los medicamentos.”
Cómo se diagnostica tuberculosis
Existen diferentes pruebas para detectar la tuberculosis, como ser, la radiografía de tórax y el análisis de esputo (flema) con pruebas moleculares o cultivos y pruebas cutánea de tuberculina. Según Lagrutta, “es necesario garantizar el acceso a métodos sensibles y rápidos de diagnóstico de tuberculosis, y de resistencia a fármacos, que favorezcan un diagnóstico precoz y un oportuno inicio de tratamiento con el esquema adecuado”.
“La OMS sugiere realizar métodos moleculares rápidos en forma universal, es decir a todos los pacientes. Estos métodos son mucho más sensibles que una baciloscopia (visualización del bacilo de Koch con el microscopio) y permiten además detectar resistencia a los principales fármacos utilizados en el tratamiento”, destacó la experta. Al tiempo que advirtió que, aunque la tuberculosis puede afectar a personas de todas las edades, en general, “se presenta en adultos en edad productiva”.
Para decirlo con cifras, la especialista destacó que “el 95% de los casos y las muertes a nivel mundial se concentran en los países en desarrollo. Pese a que suele ser una enfermedad asociada a la marginalidad y los contextos vulnerables, puede afectar a cualquier persona. “Desterrar estos mitos en torno a la enfermedad resulta determinante ya que la estigmatización atenta contra la calidad de los cuidados de los pacientes”. Es por eso que, desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, instaron a la sociedad a realizar los estudios de diagnóstico a tiempo y continuar con el tratamiento de forma adecuada, una vez que la enfermedad es diagnosticada.
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