El boom del “turismo om”: por qué hacer yoga en destinos naturales es la nueva fuente de bienestar
Ganas de desconectar. Esta suele ser la premisa que manda a la hora de pensar unas vacaciones. Con el yoga, sucede en cierta forma lo contrario: muchas personas recurren a esta práctica para -justamente- conectar, en este caso, con la energía interior. El poderoso cruce de ambas experiencias es elegido hoy por quienes buscan potenciar el bienestar a niveles tan elevados como placenteros.
Qué mejor que aprovechar esta herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida, tanto a nivel físico como emocional, que buscar en un lugar distinto como lo puede ser un destinos vacacional. Yoga y vacaciones, o lo que muchos llaman el “turismo om”.
Sucede muchas veces que incluso en vacaciones, hay una urgencia por visitar, hacer y probar tantas cosas como sea posible en un nuevo destino o en varios. Frente a esto existe de hecho una tendencia que se llama “slow travel”, que es -como su nombre lo indica- ir más tranquilo en el viaje, tratar de saborear cada momento en lugar de apresurarse a tachar cosas de la lista de pendientes.
En este contexto el yoga gana terreno como si se tratara de un destino más. “Hay algo del viaje en la naturaleza que en el imaginario de la gente tiene la idea de “desconectar” de la vida cotidiana. En ese sentido el yoga es una práctica que tiene que ver la la conexión interna, es decir, muchas veces en esas ganas de “desconectar” nombran la angustia que genera el ritmo acelerado y los niveles altos de estrés a los que nos vemos expuestos en la sociedad actual”, dice a Infobae Julia Olcese, una argentina que lleva a cabo su pasión por el yoga y lo trasmite en destinos paradisíacos de todo el mundo.
Cada vez más personas buscan escapar del estrés de la vida diaria para encontrar armonía y serenidad en la naturaleza. En este contexto, la práctica del yoga al aire libre se ha convertido en una tendencia y una experiencia única para quienes buscan un equilibrio perfecto entre cuerpo y entorno.
Con su amplio conocimiento en la enseñanza de esta disciplina milenaria y su enfoque en el bienestar integral, Olcese ofrece a sus estudiantes clases y retiros de yoga en lugares como Ibiza y Formentera, dos de las islas más bellas de España, así como en las playas de José Ignacio en Uruguay y en el impresionante paisaje montañoso de la Patagonia argentina.
Practicar yoga en la montaña o en el mar, ya sea en la playa, en un barco o en tablas de paddle surf (SUP), ofrece numerosos beneficios tanto para el cuerpo como para la mente. Algunos de los motivos, según detalla la experta:
Equilibrio y estabilidad: practicar yoga en una superficie inestable como la arena de la playa, una tabla de SUP o incluso un barco requiere un mayor enfoque y equilibrio. Estos desafíos adicionales fortalecen los músculos centrales, mejoran la estabilidad y aumentan la conciencia corporal.
Estimulación sensorial: el entorno marítimo proporciona una experiencia sensorial enriquecedora. El olor del océano, la textura de la arena bajo los pies y la vista del horizonte infinito estimulan nuestros sentidos y nos ayudan a estar más presentes en el momento.
Relajación profunda: el sonido rítmico de las olas y el entorno tranquilo de la montaña favorecen una relajación profunda y una reducción del estrés. La práctica del yoga en el agua nos permite desconectar del ruido y las distracciones urbanas, y nos brinda un espacio para relajarnos.
Esta tendencia está íntimamente relacionada con el creciente turismo del bienestar que viene ganando terreno especialmente a raíz de la pandemia.
Según estimaciones del Global Wellness Institute, actualmente la industria global del bienestar mueve $4.4 trillones de dólares, incluyendo una amplia gama de sectores, como la belleza, la nutrición, la actividad física, la medicina alternativa, el turismo y el bienestar en el lugar de trabajo.
Cada vez más personas optan por vacaciones que combinen actividades físicas saludables y la conexión con la naturaleza. Los destinos costeros y marítimos se han convertido en destinos privilegiados para aquellos que buscan escapar de la rutina y disfrutar de una experiencia holística.
“La industria global del bienestar está en auge en parte porque es una necesidad, estamos en vías a una comprensión profunda de que la salud de esta entidad que llamamos ‘cuerpo – mente´ es nuestro vehículo para la vida y que cuanto mejor sea nuestra relación con nosotros mismos, más resto tenemos para lo laboral y lo afectivo”, dice Olcese, quien asegura que la gente se vuelve más productiva con con este tipo de experiencias.
“Hoy muchas multinacionales ya incorporaron servicios de yoga para sus empleados o retiros de fin de año que incluyen estas prácticas”, acota la experta.
Yoga y Naturaleza
La práctica del yoga es considerada una ciencia milenaria, que fue reconocida desde 2014 con un Día Mundial del Yoga por parte de Naciones Unidas que se celebra cada 21 de junio. Desde hace ya un tiempo existen varios tipos de yoga. Sin embargo, el componente de la naturaleza y el turismo, es un factor que los atraviesa a todos.
Julia dice que siente que, particularmente, el yoga en contacto con la naturaleza y en un marco de vacaciones, permite a la gente acercarse a una práctica que muchos no practican en lo cotidiano por falta de tiempo. “En las vacaciones uno tiene tiempo para todo. La propuesta tiene de novedosa que practican y en simultáneo conocen un lugar nuevo y tienen tiempo libre para nadar, estar al sol y compartir un buen momento con amigos”, explica.
Los beneficios del yoga tienen un amplio espectro. “Tiene beneficios gruesos, o más visibles, como que a veces nos volvemos más altos (gracias a que generamos espacio en el cuerpo), como también regula el ciclo del sueño. Muchas veces, para quienes tienen dolores crónicos es una herramienta para lidiar con el dolor y aliviarlo”, dice la profesora de yoga.
Los beneficios de esta práctica se dan siempre y cuando -dice la experta- esté guiado con alguien avalado para hacerlo. Y son múltiples. “En mi caso, pude regular un cuadro de hipotiroidismo en la adolescencia gracias a mi práctica de Yoga, también me rehabilité de una fractura de tobillo”, explica Julia.
A nivel interno, es una práctica que forja la confianza en uno mismo, la disciplina y la perseverancia. “No es que esto sea únicamente propio del Yoga, sino de cualquier práctica que se sostiene en el tiempo pero si la cualidad del Yoga aporta cierta dulzura, y ternura, para con uno mismo, que siento que es muy necesaria en los tiempos”, refiere Olcese.
Hay un punto que la la experta menciona y que no es menor, y es la cuestión de que hoy en día son muchas las personas que le dan más valor al esfuerzo y al trabajo duro, considerando al disfrute como algo secundario. “Yo siento que las experiencias de placer y bienestar dejan una huella muy profunda en las personas, como la han dejado en mí”, comparte Olcese.
Sus programas están diseñados para desconectar del estrés cotidiano y explorar las bellezas naturales locales, mientras se perfecciona la práctica del yoga. Las experiencias wellness de siete días en Ibiza y Formentera son para un grupo de seis personas y están diseñadas para brindar paz y disfrute a través de técnicas de Yoga, breathwork y ceremonias de Cacao. Además de las actividades diarias planificadas, hay mucho tiempo libre para disfrutar del mar, la navegación y el stand up paddle.
Julia trabaja con jóvenes argentinos que viven en Ibiza y viajan por el mundo para ofrecer estas experiencias. Cuenta además con capitanes de barco y hasta una chef responsable de un catering basado en plantas.
La propuesta está destinada a todo aquel que sienta el deseo interno de tener un acercamiento a estos lenguajes, poniendo por encima el disfrute antes que la exigencia o el tecnicismo. “Todos podemos experimentar qué nos hace bien y qué nos gusta”, dice Olcese, quien ya atesora una gran cantidad de comentarios de sus alumenos: “Muchas veces me dijeron que se conmovían de lo que eran capaces de hacer y pensaron que no podían, es decir, que se volvieron a entusiasmar con algo. Para mí, estas experiencias de Yoga, bienestar y turismo, tienen sobre todo que ver con generar entusiasmo y ganas en las personas”.
Y concluye: “Siento que ese es el primer motor interno que cada uno tiene que sintonizar, si aparece ese fuego interior, ya me doy por satisfecha”.
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