La hipertensión arterial afecta a uno de cada tres argentinos en edad adulta
El 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, una de las enfermedades multifactoriales más relevantes en la población de todo el mundo. El objetivo de esta fecha es promover la concientización y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar la hipertensión arterial, la cual constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos. Se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y se expresa con dos números, como por ejemplo 110/70 mm Hg. La presión arterial, para la mayoría de las personas, debe estar por debajo de 140/90 mmHg.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al menos el 30% de la población de las Américas tiene presión arterial alta, y en algunos países ese porcentaje llega hasta el 48%. Según señala el Ministerio de Salud de la Nación, es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente y en Argentina afecta a una de cada tres personas adultas.
“La presión elevada es más frecuente de lo que se cree y si no hacemos controles periódicos de nuestros valores de presión arterial, es muy difícil detectarla. Su presencia aumenta la posibilidad de presentar enfermedad coronaria, infarto agudo de miocardio, complicaciones renales o ACV de forma significativa”, señaló la doctora Analia Aquieri, médica del Laboratorio de Hipertensión Arterial del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“El aumento en la ingesta de alimentos con alto nivel de sodio, la inactividad física, el estrés, el tabaquismo y el sedentarismo en general son las causas más frecuentes de la hipertensión arterial. Se calcula que uno de cada cuatro adultos tiene presión elevada”, advirtió Aquieri.
Hay ciertas situaciones que nos obligan a tener valores de presión arterial más bajos, como por ejemplo si tenemos enfermedades del corazón, del riñón, diabetes. “Lo peligroso de esta situación es que la presión arterial alta o hipertensión suele no dar síntomas”, puntualizó el experto.
En diferentes edades a lo largo de la vida existen situaciones que aumentan el riesgo de padecer hipertensión. En la niñez y adolescencia el sobrepeso es la principal causa. En la adultez, la obesidad sumada a la inactividad física, mala alimentación, el exceso en el consumo de alcohol, el tabaquismo y la diabetes constituyen grupos de riesgo elevado. Por último, en la tercera edad el envejecimiento y la rigidez arterial pueden ser causantes de hipertensión, aún en pacientes que han tenido presiones normales previamente.
Por su parte, el jefe de Hipertensión Arterial del Servicio de Cardiología del Hospital Británico, Miguel Schiavone, señaló que “la importancia de la prevención tiene que ver con ciertos hábitos que hacen más probable la aparición de esta enfermedad, como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de comidas ultra procesadas y con exceso de sal”.
De hecho -según remarcó Schiavone- el 60% de las personas que sufren de hipertensión arterial son sensibles a la sal, es decir, que al ingerir sodio, sufren un aumento de la presión arterial”.
Se estima que en la Argentina el promedio de consumo de sal es de 11 gramos al día, lo cual está muy por encima de los estándares saludables que estableció la OMS, que es de 5,75 gramos al día.
“En 9 de cada 10 casos no hay un único agente causal sino que pueden estar involucrados mecanismos renales, endocrinos y vasculares entre otros, todo ello sobre la predisposición genética de la persona. Esto se conoce como hipertensión primaria y se diferencia de la hipertensión secundaria porque esta última es consecuencia de una afección determinada, por ejemplo desórdenes endocrinos, insuficiencia renal, apenas del sueño o incluso el consumo de ciertos fármacos o drogas”, advirtió la especialista del Hospital de Clínicas.
“Estamos ante un enemigo silencioso, responsable de muchas muertes por año y productor de marcada discapacidad en la población general. Debemos realizar nuestro mayor esfuerzo para diagnosticar, tratar y controlar muy de cerca a nuestros pacientes. Sólo de esta manera, vamos a mejorar el impacto negativo que tiene sobre la salud. A pesar de la alta prevalencia de la hipertensión un tercio de los hipertensos no saben que lo son y la mitad de los que se encuentran en tratamiento no están adecuadamente controlados”, concluyó la profesional Analia Aquieri.
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